( Esopo )
Ya no tenía el león la fuerza de antes ni sus garras eran tan poderosas para atrapar a los animalitos del bosque y comérselos como hacía en otros tiempos. Entonces pensó que faltándole el vigor, debía emplear la astucia. Pensado y hecho, puso en práctica su plan.
Se tendió el señor león delante de la entrada de una caverna y allí se estuvo quietecito, fingiéndose enfermo. Los animales que pasaban se compadecían de él y se le acercaban para atenderlo. Ese era el momento que aprovechaba el león para atraparlos, llevarlos al interior de la cueva y comérselos sin ceremonias. -
Pasó un día la zorra y desde lejos le preguntó cómo estaba, con testando a esto el león que muy enfermo y a punto de morir.
— Por qué no entras y te quedas un rato a hacerme compañía?
— la invitó con voz doliente.
—Pues porque veo las huellas de los que entran a tu casa, pero no las de los que salen — respondió rápida la zorra.
Es conveniente descubrir el peligro a la menor señal y evitarlo con prudencia y decisión.
Se tendió el señor león delante de la entrada de una caverna y allí se estuvo quietecito, fingiéndose enfermo. Los animales que pasaban se compadecían de él y se le acercaban para atenderlo. Ese era el momento que aprovechaba el león para atraparlos, llevarlos al interior de la cueva y comérselos sin ceremonias. -
Pasó un día la zorra y desde lejos le preguntó cómo estaba, con testando a esto el león que muy enfermo y a punto de morir.
— Por qué no entras y te quedas un rato a hacerme compañía?
— la invitó con voz doliente.
—Pues porque veo las huellas de los que entran a tu casa, pero no las de los que salen — respondió rápida la zorra.
Es conveniente descubrir el peligro a la menor señal y evitarlo con prudencia y decisión.
Extra!!
La zorra y el león
( Francisco Eiximenis )
Había una vez un león que tenía hambre, y queriendo encontrar ocasión para comer, preguntó a la oveja cómo era su aliento. Y la oveja respondió la verdad, diciéndole que muy apestoso. El león, fingiéndose entonces ofendido, le dio un fuerte golpe en la cabeza y la mató diciéndole : - ¡ Ahí va ! porque no has sentido vergüenza de ofender a tu rey. ¡Ahora recibe eso !
Después preguntó el león lo mismo a la cabra , es decir, si su aliento olía bien. Y la cabra, viendo cuán mal lo había tomado con la oveja, le contestó que su aliento era maravilloso y olía muy bien.
Después preguntó el león lo mismo a la cabra , es decir, si su aliento olía bien. Y la cabra, viendo cuán mal lo había tomado con la oveja, le contestó que su aliento era maravilloso y olía muy bien.
Entonces el león le pegó un fuerte golpe en la cabeza y la mató exclamando : - ¡ Ahí va ! porque me has adulado con falsedades. ¡Ahora toma eso !. Y después hizo aquella misma pregunta a la zorra, pidiéndole cómo tenía el aliento. Pero la zorra se alejó de él, recordando lo mal que les había ido a las otras y le contestó : - ¡ De buena fe, señor , le digo que no le puedo responder a su pregunta, puesto que me hallo resfriada y nada percibo de su aliento !.
Y así se escapó del león. Y los demás animales que se pusieron en el peligro, sin provecho murieron, ya que no supieron evadirse y alejarse de la respuesta.
Y así se escapó del león. Y los demás animales que se pusieron en el peligro, sin provecho murieron, ya que no supieron evadirse y alejarse de la respuesta.
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