Todo lo que hago lo hago por ti!

Error! Si esta sentencia se hace efectiva, los resultados siempre terminarán por doblegar la esencia del "hacedor".

La realización de estas acciones solo están licenciadas para la poesía y para la música; jamás para una de las partes de una relación.

Si uno tiene una relación, una sociedad; en la misma se debe negociar y negociar decididamente no significa ceder la totalidad.

Por supuesto que algo hay que hacer por el otro, en algo hay que ceder, algo se puede permutar, pero nunca debemos involucrar nuestra esencia. Ya es cuestión de cada uno saber o buscar cual es su esencia, cuales son aquellos atributos y detalles que le hacen único. Una vez encontrados hay que sacarles brillo, enfocarlos y defenderlos contra tiranías y egoístas.

El amor y el "transitar en pareja" no se basan en radicalismos. Todo ser humano, genéticamente se resiste a realizar algo impuesto. Y es en este punto donde el hacedor se confunde; no sabe si, de verdad, está equivocado y debe cambiar o bien comienza a padecer una ceguera de autoestima que el amor hacia el otro, poco a poco, comienza a reforzar con vendas.

Lo que es muy probable... es que ambas partes ni siquiera se den cuenta que están accionando de tal forma.