Por qué decimos que la rutas, cada día, se llevan más almas de esta faz? Las rutas no se llevan nada -exceptuando los voluptuosos costos de construcción, mantenimiento y agradecimiento al mandatario de turno-, tampoco los vehículos se llevan algún alma.
Claro que muchas veces la ausencia de señalización y/o las condiciones precarias de la rutas son las responsables de accidentes. Claro, también, que la idiotez, irresponsabilidad y falta de respeto por el prójimo -y lo más doloroso, por uno mismo- nos convierten en cuerpos inertes, camino a la putrefacción o a la incineración; sea como sea nos lleva más allá de nuestras casas, de nuestra familia, de nuestros hijos, de nuestros amigos, de nuestros compañeros de trabajo y mucho más allá de poder disfrutar un poco más de tiempo de estas tierras.
Cuando un humano se revienta contra un árbol y queda en simbiosis con su auto abrazado al tronco nos invade un sentimiento de piedad y amargura, pero si ese humano estaba borracho los sentimientos y apreciaciones cambian; "mejor, un peligro menos para la sociedad".
El gobierno realiza con frecuencia controles de alcoholemia en puentes, en avenidas; incautan varios vehículos, los borrachos deben pagar una multa para recuperar sus autos y otras tantas veces hasta son encerrados hasta nuevo aviso judicial. Está bien, pero si de cada diez autos que controlan solo se llevan cuatro, por qué no se llevan los diez?. Bastaría con situar el control a la vuelta de cualquier bar o pub, detener a todo los que pasan y listo, todos borrachos y abajo del auto, paguen las multas y llenen las arcas del municipio.
4 personas que regresan de vacaciones son chocadas por un joven que pierde el control sobre su auto -venía de un baile-.Claro que muchas veces la ausencia de señalización y/o las condiciones precarias de la rutas son las responsables de accidentes. Claro, también, que la idiotez, irresponsabilidad y falta de respeto por el prójimo -y lo más doloroso, por uno mismo- nos convierten en cuerpos inertes, camino a la putrefacción o a la incineración; sea como sea nos lleva más allá de nuestras casas, de nuestra familia, de nuestros hijos, de nuestros amigos, de nuestros compañeros de trabajo y mucho más allá de poder disfrutar un poco más de tiempo de estas tierras.
Cuando un humano se revienta contra un árbol y queda en simbiosis con su auto abrazado al tronco nos invade un sentimiento de piedad y amargura, pero si ese humano estaba borracho los sentimientos y apreciaciones cambian; "mejor, un peligro menos para la sociedad".
El gobierno realiza con frecuencia controles de alcoholemia en puentes, en avenidas; incautan varios vehículos, los borrachos deben pagar una multa para recuperar sus autos y otras tantas veces hasta son encerrados hasta nuevo aviso judicial. Está bien, pero si de cada diez autos que controlan solo se llevan cuatro, por qué no se llevan los diez?. Bastaría con situar el control a la vuelta de cualquier bar o pub, detener a todo los que pasan y listo, todos borrachos y abajo del auto, paguen las multas y llenen las arcas del municipio.
Un artículo más interesante en el blog de Gustavo Arballo.
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