Autenticos y libres...

Por lo general nos interesa ser uno mismo, vivir con intensidad, potenciar nuestras capacidades y aprovechar todas las posibilidades.
Por lo general, también soñamos con estos cambios, con este encuentro con nuestro verdadero ser.
Si nos detenemos un instante y miramos a nuestro alrededor con franqueza, muchos nos daremos cuenta de nuestra monotonía, visualizaremos nuestro transitar un poquito a pie y un poquito volando (a duras penas).

A muchos nos interesa la libertad, el ser libres y no entendemos de que forma se logra eso. Muchos nos conformamos y nos mimetizamos con la manada. Somos miedosos, tristes y derrotados. Pocos nos animamos a soñar y llevar a cabo ese sueño. Descubrir nuevos cielos, nuevas amistades, nuevas parejas y nuevos horizontes se nos presenta como una tarea magna, desquiciada y de alguna forma individual; es casi seguro que la mayoría nos juzgará de locos, irreverentes, inmaduros, resentidos o simplemente como "alguien sin ton ni son". Casi seguro que de seguir con esta postura acabaremos solos y desterrados socialmente.

Pero si seguimos observando nos daremos cuenta que la masa social es aquella "sin ton ni son". Veremos que la sociedad tiene temor a lo desconocido. Lo más risueño es que actúa como masa en cuestiones de pavor, pero rápidamente se desmenbra en situaciones de innovación; cuando se debe luchar, defender y exponer nuestros derechos y deseos la masa social no existe. La sociedad es un ente cagón por naturaleza.

Debemos arriesgarnos, tratar de levantar vuelo creyendo en nosotros mismos, en las herramientas que poseemos, en los valores que vamos forjando. Debemos entender que nacimos humanos para algún fin, para un porque. No estamos transitando esta tierra sólo para comer, dormir y cagar. Estamos para ser libres, creativos y originales. Estamos para la iniciativa, cada quien desde su cueva con pasión y sin ataduras.

Debemos amarnos y amar a nuestros pares, debemos dejar de repartirnos las sobras, dejar de olfatear las meadas de la manada.
Necesitamos cambiar de verdad, aventurarnos a lo que creemos que nos pertenece y esto sólo podremos lograrlo, si en esa búsqueda y aprendizaje, alentamos a los nuestros a liberarse.

Este mundo nos necesita en cuanto a seres de libertad, de perdón, de respeto; nos necesita como seres auténticos.