martes, febrero 22, 2011

quien tiene la culpa?

La culpa siempre la tiene el otro. Existe un juego de poseción de culpas y nadie quiere tenerla.

La culpa es un sentimiento muy desagradable. Quizás una de las sensaciones más desagradables que podamos generar en nuestro ser. Vivimos en una sociedad en la que equivocarse es uno de los grandes errores, nadie quiere permitírselo y entonces el no correr riesgos nos convierten en seres contraproducentes, la misma sociedad nos lleva como ganado.
Pero tenemos derechos a equivocarnos, a hacer las cosas mal, y a los que se empeñen en apuntarnos nuestras culpas y errores hay mandarlos a mudar.

El juego de vivir debería ser más divertido.

LA CULPA ES DE LA VACA

El siguiente texto, cuyo resumen fue publicado originalmente por el profesor Fernando Cepeda en su columna habitual de EL TIEMPO, es una demostración fantástica de como se dispara la culpa por todas las tangentes posibles.
Dice así:
Se estaba promoviendo la exportación de artículos colombianos de cuero a Estados Unidos, y un investigador de la firma Monitor decidió entrevistar a los representantes de dos mil almacenes en Colombia. La conclusión de la encuesta fue determinante: los precios de tales productos son altos, y la calidad muy baja.
El investigador se dirigió entonces a los fabricantes para preguntarle sobre esta conclusión. Recibió esta respuesta: no es culpa nuestra; las curtiembres tienen una tarifa arancelaria de protección de quince por ciento para impedir la entrada de cueros argentinos.
A continuación, le pregunto a los propietarios de las curtiembres, y ellos contestaron: no es culpa nuestra; el problema radica en los mataderos, porque sacan cueros de mala calidad. Como la venta de carnes les reporta mayores

ganancias con menor esfuerzo, los cueros les importan muy poco.
Entonces el investigador, armado de toda su paciencia, se fue a un matadero. Allí le dijeron: no es culpa nuestra; el problema es que los ganaderos gastan muy poco en venenos contra las garrapatas y además marcan por todas partes a las reses para evitar que se las roben, Practicas que destruyen los cueros.
Finalmente, el investigador decidió visitar a los ganaderos. Ellos también dijeron: no es culpa nuestra; esas estúpidas vacas se restriegan contra los alambres de púas para aliviarse de las picaduras.
La conclusión del consultor extranjero fue muy simple: los productores colombianos de carteras de cuero no pueden competir en el mercado de Estados Unidos ”¡porque sus vacas son estúpidas!”

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