A medida que nos vamos haciendo grandes, empezamos a darnos cuenta que debemos ser responsables de nuestros actos y de nuestros seres queridos; nos esforzamos con nuestros hijos, entretejemos nuestra red social entre amigos, familiares y compañeros de trabajo, pero muy rara vez nos disponemos a fijarnos en el estado de nuestros padres, no nos damos cuenta que van perdiendo su autonomía, que hasta pueden volverse caprichosos y nos dejamos llevar por la intolerancia, la empotencia y muchas veces la angustia nos doblega.
Nuestros padres necesitan de nuestros cuidados, de nuestro amor, de nuestro tiempo y, sobretodo, necesitan en ese momento- mas que nunca- sentir que sus hijos están para ellos y esa es la ley de la vida. No hay otra, al menos para mi, es una ley hermosa, recíproca y natural. Siempre habrá en nuestra agenda un tiempo para ellos, una sonrisa para su alma y unos brazos para ayudarlos y contenerlos.
No quiero ser melodramático... es sólo una reflexión, un concepto que quiero grabar en mi ser.
Mi mamá es la mejor del mundo, mi papá sabe de todo.... ( esto lo pensamos cuando somos chicos y esto deberíamos pensar cuando ellos ya son muy grandes... porque son GRANDES!
El deterioro mental es inevitable ( el de ellos y el nuestro, ja!), pero podemos retrasarlo si nos disponemos a intentar aprender cosas nuevas.
Les dejo un interesante artículo publicado en Plus.Blogalaxia Tags: reflexiones, ancianidad, padres
Ok! gracias mery por la recomendación (ummh
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